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cardiología

erizo

(escuchando vvaa, blow up presents exclusive blend vol. 2. get the funk, que es viernes)

Paloma: venga.
Renée: qué quieres que diga?
Paloma: hábleme de usted.
Renée: hábleme de usted.
Paloma: la escucho.
Renée: sí, sé que me escuchas. y también que me estás filmando. pues… a ver… bien… bueno… me llamo Renée, tengo cincuenta y cuatro años. soy la portera del número dos de la calle Eugéne Manuelle, en París, un edificio hermoso, dividido en cinco pisos de lujo. todos habitados e inmensos. hábleme de usted, hábleme de usted. soy viuda, bajita, fea y regordeta. tengo juanetes y, a veces, cuando me levanto, tego el aliento de un mamut. no tengo estudios. siempre he sido pobre, discreta e insignificante. vivo sola, con un gato perezoso, que tiene la notable peculiaridad de que le sudan las patas cuando se enfada. como no suelo ser amable, aunque siempre soy educada, no caigo bien. pero me toleran porque yo represento a la perfección el arquetipo de la portera de un edificio. fea, vieja, gruñona, y que se pasa el día viendo la televisión, mientras su gato gordo sestea en almohadones recubiertos con fundas de ganchillo, en medio de un olor a alubias. ya está, ya lo sabes todo.
Paloma: pues no, no lo sé todo.
Renée: claro que lo sabes.
Paloma: qué esconde detrás de esa puerta?

Garance Le Guillermic & Josiane Balasko, el erizo.

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cardiología

avances

(escuchando she & him, volument two)

hoy, como últimamente, la neuronita está algo dormida, así que me limito a un breve comentario encontrado por ahí.

America ha transformado el periodismo de lo que era, la expresión periódica del pensamiento, el registro de las preguntas y respuestas de la vida contemporánea, en algo que recoge, condensa y asimila las trivialidades de la existencia humana, […] la enorme prisa con la que nos tomamos todo, ayudada por el fuerte deseo del periodista de no ir ni un día por detrás de su competencia, hace que juzguemos sin pensar. hace que no tengamos tiempo para profundizar, ni en general deseo de hacerlo.

esto lo dijo W. J. Stillman, un periodista norteamericano, sobre la influencia negativa del telégrafo en su profesión. y lo hizo en 1891.

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cardiología

mañana

(escuchando Mumford and sons, sigh no more)

Christian Striboll y Beryll Winkelmann salieron a la calle a hablar con la gente. dónde te gustaría despertar mañana por la mañana?

cincuenta personas una pregunta. Hamburg-Altona
dónde me gustaría despertar mañana por la mañana?
es una buena pregunta! con un muchas respuestas!
ah… si tuviera un deseo gratis, mañana me gustaría despertar en Praga.
no está mal.
dónde te gustaría despertar Theo?
ah… ah, como siempre, en casa con mi familia.
eso significa en el país, de viaje, de vacaciones o de cualquier manera?
la pregunta es, qué haría… entonces…
en Hamburgo.
en el mar Mediterráneo, sin este tráfico alrededor.
donde brille el sol y haya mar y playas.
mañana por la mañana en Bali… en Bali. en mi cama en la playa
con el ruido de las olas de fondo.
ah… el mar del Este, la playa y todo eso lo primero, donde haya playa, para pasear un rato…
eso es porque, en mil novecientos sesenta y dos, exactamente, en el lago Alster, tuve la experiencia más bonita de mi vida con una preciosa chica alemana. y su nombre era Inge. me gustaría despertar ahí otra vez. ese es mi deseo.
en México, allí es ahora verano! Gualla Hara, allí me gustaría despertar mañana!
pero con seguridad, si tuviera que trabajar, que me permitiera volver unos días y luego de nuevo a Bali!
si yo, por ejemplo, me despertara sano con toda la familia disfrutar del día. por ejemplo, Blankenese, en el bosque. preparar un te, con gujum durum daran (turco), disfrutar del día y volver a casa sano!
en la selva tropical.
contigo. dulce.
somos hijos de Adan y Eva. pero la gente sólo piensa en dinero, dinero, dinero. eso será su maldición.
en mi cama. donde ahora mismo no puedo dormir, porque siempre me despierta mi novia roncando. a pesar de que ella tampoco puede dormir, porque nuestra hija de cinco meses también se despierta constantemente. así que duermo en el sofá y me duele la espalda.
por eso pienso constantemente sobre la selva.
en mi cama.
aquí en mi cama.
en la cama al lado de mi novia.
en mi cama.
en casa en mi cama. me siento genial en casa. no quiero estar en ningún otro lugar.
una vida de ensueño, sin colegio. exacto. sin padres aburridos. sin discutir y todo eso. exacto!
en España.
Gracia.
en mi cama. y entonces me gustaría… si le aprietas la cabeza a mi tigre, sus ojos se ponen rojos. y si me despierto, siempre quiero hacer eso!
a su lado. aquí. sí, gracias.
eso me hace feliz y me llena de salud.
no tengo nada más que decir. estoy bien.

la felicidad sólo es real cuando se comparte. Emile Hirsch, hacia rutas salvajes.

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cine

sencillez

(escuchando primal scream, vanishing point)

hay recomendaciones que se hacen solas.
esta es una historia de chico conoce chica. el chico, Tom Hansen, de Margate, New Jersey, creció creyendo que nunca sería totalmente feliz hasta el día que conociera a la chica. esta creencia se debe a la exposición prematura de canciones tristes de pop británico y a una mala comprensión de la película el graduado. la chica, Summer Finn, de Shinnecock, Michigan, no compartía esta creencia. desde la separación y divorcio de sus padres, sólo amaba dos cosas. la primera era su larga cabellera negra. la segunda era lo fácil que se la podía cortar y no sentir nada. Tom conoció a Summer el ocho de enero. él sabe casi inmediatamente que es la chica que ha estado buscando. esta es una historia de chico conoce chica, pero deberías saberlo de entrada, esta no es una historia de amor.

Richard McGonagle. (500) días juntos.

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cardiología por la red

recopilación

(escuchando Charlie Winston, hobo)

intentó acordarse de la última vez que dijo no lo olvidaré nunca. de cuándo habló de que había cosas que jamás haría. caer en la tentación de ser de una manera determinada, vivir sin amor, tener esa o aquella actitud ante la vida, responder a una situación concreta, vestirte así, tener un trabajo por dinero, convertirte en una profesional de la hipocresía. demasiadas cosas de las que preocuparse, pensó, no he podido con todo. una cambia porque evoluciona, le habló el pequeño ángel sobre el hombro. o porque es un cobarde, sentenció el diablillo con el que una vez quiso vivir para toda la eternidad y se tuvo que conformar con convivir. nada jode más que rememorar aquello que quisiste ser y que no lograste, añadió. y, si en lugar de lamentarte por lo perdido, te preguntas las razones por las que ganaste todo lo demás?, replicó su pequeña conciencia blanca y alada. todo lo demás? y qué es todo lo demás, listillo? espetó el diablo que ya se había descolgado de su espalda y sentado en una esquina de la habitación con un cigarrillo entre los dedos. dale la vuelta a las cosas, no le estuches, y mírate. eres la que, como dice Jesús Terrés en nadaimporta, pisas fuerte y pides otra ronda, lloras a veces, te caes y te levantas. eres niña, madre, abrigo y pregunta. crees en princesas y en domingos con desayunos en la cama, te sientes tonta viendo comedias románticas y una reina cuando otros ojos te miran, te emocionas con una canción y con un bolso, y, sobre todo, notienesningúnjodidoproblemaconello. no eres ni más ni menos, te basta con ser un poquito. con ser tú.

tu corazón es libre, ten el valor de hacerle caso. Mel Gibson, Braveheart.

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microcuentos

lluvia

(escuchando wilco, yankee hotel foxtrot)

había pasado todo el verano, todo el otoño y gran parte del invierno. y del cielo no había caído ni una sola gota. los campesinos le pidieron ayuda al rey. majestad, tenemos que hacer algo, tenemos que conseguir que llueva, hay que buscar una solución. el monarca prometió que llovería y, acto seguido, convocó a sus consejeros. la reunión se prolongó durante varios días, pero no llegaron a ninguna conclusión. nadie sabía qué hacer. los campos se resquebrajaban y las cosechas, las pocas que aún quedaban, había muerto. el hambre empezaba a hacer mella en los habitantes de aquel país. un día, uno de los guardas del castillo pidió audiencia con el monarca. mi señor, dijo, he oído hablar de un hombre al que llaman el hechicero de la lluvia. un hechicero de la lluvia?, contestó su majestad. sí. dicen que vive a dos días de camino, hacia el norte. pido permiso para traerle ante su presencia. ve, mi estimado amigo. ve y convéncele para que nos preste sus servicios. cuatro días más tarde, el guarda se presentó ante su rey. le acompañaba un hombre mayor, de aspecto frágil, y una barba blanca que le llegaba hasta la cintura. iba pulcramente vestido y llevaba un zurrón colgado. qué necesitas, oh, hombre de la lluvia, para que llueva sobre nuestros campos? te pagaré lo que quieras. no, no quiero nada. sólo una cabaña en medio de los campos más llanos de tu país. no quiero ni agua ni comida. dentro de tres días, veré qué se puede hacer. así se hará, contestó el rey. el hechicero se encerró en la cabaña completamente solo. al atardecer del tercer día, empezó a llover. la multitud, con el rey al frente, agradecida, marchó en peregrinación hasta la cabaña. el monarca habló. muchas gracias en nombre de mi pueblo y en el mío propio. pero, dinos, oh gran hechicero, cómo lo has logrado? se hizo un silencio que duró varios segundos. ha sido muy fácil, contestó el anciano. durante tres días lo único que he hecho ha sido ponerme a mí mismo en orden. porque sé que, una vez que yo esté en orden, el mundo estará en orden. y en un mundo en orden, la sequía debe dar paso a la lluvia.

anarquía significa sin líderes, no sin orden. Hugo Weaving, v de vendetta.

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cardiología

actitud

(escuchando the jam, snap)

se despertó de mala hostia. era así y punto. no iba a tener en cuenta los sentimientos de nadie y se iba a pasar la educación por dónde la espalda pierde su casto nombre. entró en la oficina como un huracán. gruñó desde la puerta y se fue a su sitio. alguien le contestó con un buenos días. no dijo nada. estaba dispuesto a que nadie le jodiera el día, y a que todo el mundo se diera cuenta de que no estaba para bromas. repartió desprecios e insultos a diestro y siniestro. se descargó especialmente con algunas personas que por norma le ponían nervioso o que suponían una amenaza para su ego. nadie pisoteaba su ego, nadie despreciaba sus ideas, nadie le decía lo que tenía y lo que no tenía que hacer. nadie. a medida que iba pasando la mañana, se sentía mejor. fantásticamente mejor. su odio se multiplicaba a la vez que ejercía un extraño poder sobre sus palabras. pero debía mantener el rostro imperturbable. no podía sonreír, ni demostrar que estaba disfrutando de lo lindo. cretino, torpe, desgraciado, imbécil. los había usado casi todos. hasta que se topó con uno de frente. la indiferencia.

como la mayoría de los intelectuales, es enormemente estúpido. John Malcovich, las amistades peligrosas.

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mundo grúa

parada

(escuchando the smashing pumkies, Mellon Collie and the infinite sadness. porque hay que darle una oportunidad a los clásicos de vez en cuando)

como todos los días, en tren entró en la estación a las siete y cuarenta y cinco minutos. las puertas se abrieron con precedidas del sonido hidráulico que las caracteriza. de las veinticuatro personas, veintidós eran mujeres inmigrantes. siete peruanas, ocho ecuatorianas y siete africanas, originarias de distintos países. las otras dos eran un recepcionista de noche que volvía a casa y una joven con aspecto de recién llegada. las mujeres inmigrantes iniciaron su camino hacia la salida hablando animadamente entre ellas. si lo pensabas bien, era una estampa de lo más curiosa. por qué las mujeres inmigrantes llegaban a un pequeño pueblo a las siete y cuarenta y cinco de la mañana? decidí seguirlas. al traspasar la salida, giraron a la izquierda y se dirigieron al puente. pasaron por debajo, subieron la cuesta que sale del pueblo y atravesaron la rotonda que lleva al polígono. continuaron cuesta arriba, siempre hablando animadamente y, a pesar de la hora y de lo pronto que debían haberse levantado para llegar antes de las ocho, riéndose a carcajadas de vez en cuando. atravesaron la autopista y entraron en el camino asfaltado de la urbanización. en el cartel que invita a vivir el lujo inmerso en la naturaleza a diez minutos del centro, se separaron. cada una se dirigió al portal de su correspondiente chalet y llamó a la puerta. unos minutos más tarde, una larga fila de coches monovolumen, deportivos y cuatro por cuatro, todos ellos últimos modelos salidos del concesionario en los últimos dos meses, abandonaron la urbanización. sus dueños se marchaban a trabajar con la conciencia tranquila. sus hijos y sus chalets quedaban al cuidado de sus empleadas del hogar.

bienvenidos a una sociedad donde una sola gota de tu sangre puede determinar a qué edad morirás, con quien deberías casarte o qué trabajo deberías desempeñar porque es el más apropiado para tu constitución genética. una sociedad donde una persona no genéticamente mejorada tiene muy pocas posibilidades de triunfar, o donde un diseño erróneo puede marcarte para toda la vida. Andrew Niccol, gattaca.

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tv

simples humanos

(escuchando Horomi, another world. toma ya pianista)

ha llegado la hora de volver a empezar. y, para todos aquellos que aún no lo hayan hecho, valga esta presentación.

Bill: buenas tardes señorita Stackhouse.
Sookie: tienes la mano helada.
Bill: sí, es que no soy tan cálido como los hombres a los que sueles estar acostumbrada.
Sookie: qué hombres?… qué quieres tomar esta noche?
Bill: qué eres?
Sookie: ya te lo dije, soy camarera.
Bill: no, es algo más que eso. no eres una simple humana
Sookie: perdona, qué dices?
Bill: Sookie, es un nombre poco corriente. viene de otro nombre?
Sookie: no, Bill, solo me llamo así, Sookie.
Bill: puedo ir a verte alguna vez?
Sookie: ir a verme?
Bill: podria ir a visitarte a tu casa tal vez?
Sookie: claro, a mi abuela le encantaria conocerte. hablando de mi abuela, nos vemos cuando termine, quiero pedirte un favor.
Bill: por supuesto, estoy en deuda contigo.
Sookie: el favor no es para mí, es para mi abuela. si es que lo aceptas, bueno, seguro que aceptarás. te importaría esperarme en la puerta de atrás cuando termine aquí? más o menos a la una y media?
Bill: me encantaría. eres conciente de que todos los que están en el bar nos están mirando, Sookie?
Sookie: me están mirando a mí porque mi hermano tiene unos problemillas con la policía.
Bill: nos están mirando porque yo soy un vampiro y tú una mortal.
Sookie: qué importa lo que piense la gente.
Bill: quiero quedarme a vivir en este pueblo, así que me importa. a la una y media.

Stephen Moyer & Anna Paquin, true blood.

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mundo grúa

bitácora

(escuchando incubus, light grenades)

cuaderno de bitácora del Agency Key. las cosas no eran fáciles para semejante embarcación. la crisis mundial había provocado una considerable disminución del número de amarres libres y, cuando conseguían atracar en algún puerto para abastecerse, la falta de víveres de la localidad hacía casi imposible repartirlos entre la tripulación. los otros barcos iban quedándose vacíos, como cascarones de erizos muertos. se hundían irremediablemente en el fondo de las bahías, a la espera de que alguien los rescatara y los reflotara. nadie podía prever el futuro más inmediato. ni siquiera el lejano. por suerte, porque no era por otra cosa, el Agency Key continuaba su viaje. a trompicones y con paradas inusuales y descoordinadas, que sólo servían para mantener la ilusión de que las cosas continuaban funcionando a la perfección, pero continuaba a flote. aún así, la situación no podía durar mucho más. la maquinaria necesitaba aceite, en la cocina buscaban los víveres en los cubos de basura de otros barcos y los camareros se peleaban por conseguir atender a los pocos clientes que subían a bordo. habían tenido que despedir a varios empleados. así, por las buenas, sin avisar y sin poder ofrecerles ni siquiera un mendrugo de pan que llevarse a la boca para su viaje hacia un lugar incierto. seis personas habían quedado abandonadas en un puerto abarrotado de gente a la espera de que llegaran tiempos mejores y sin otros buques en los que enrolarse. entre los que quedaban a bordo, el ambiente se dibujaba con cara de pocos amigos. tanto, que uno de ellos decidió abandonar, tentado por otro buque que cruzó su ruta con el Agency de casualidad. eran tiempos difíciles pero, increíblemente, el barco continuaba a flote. por cuánto tiempo? la marea tenía la última palabra.

No conoces a tus vecinos hasta que hay una crisis. Mathew Goode, match point.