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cardiología

credulidad

(escuchando popstastic radio, todo un descubrimiento en el estudio)

nos creímos que era posible, que estaba en nuestras manos. nos creímos que la culpa no era suya, sino del sistema. nos creímos que existían los supervillanos que querían hacer de este lugar un lugar de miseria y servidumbre y que si los encerraban ya estaba. nos creímos que había que estar conectado para ser mejor, que las historias importantes eran las de la gente y sus gatitos. nos creímos que había que tener muchos seguidores y seguir haciendo de sus pantallas un lugar mejor. nos creímos que el amor verdadero y apasionado era el único amor, que un gintónic es mucho mejor que un café y que tres acordes mejores que un sólo de saxo de cuatrocientas ochenta y seis notas. nos creímos que las bandas sonoras que nos proponían e incrustaban eran las únicas que había, que las palabras que trepaban por escaleras millonarias eran las que había que leer y venerar. nos creímos que los nombres eran tan importantes que no había que saber casi nada más, que no importaban los hechos más allá de las circunstancias, ni las pasiones más allá de las reglas. nos creímos que lo que salía disparado como un cohete desde las tripas tenía remedio y que tenía que tenerlo, porque no era meritorio para vivir decentemente. nos creímos que los secretos eran malos y que todos estábamos en la obligación de juzgarlos todos excepto los nuestros. nos creímos que tragar estaba bien porque en la farmacia vendían antiácidos y que es mejor el sexo que la conversación previa. nos creíamos que las corrientes, todas, tenían un sentido y que había que seguir alguna hasta que la muerte os separe. nos creímos que había que sacar la basura del vecino y poner mucho ambientador. nos creímos que ser así era innato en el hombre y en la mujer y mejor déjalo estar, que decían los Beatles. nos creímos que ellos serían mejores y que vendrían tiempos mejores, que valía la pena dejarles hacer porque ellos sabían lo que había que hacer, pero que nosotros no éramos idiotas. nos creímos que el saber ocupaba lugar y que las palabras se las lleva el viento. nos creímos que no era necesario gritar ni patalear ni luchar ni removerse ni marchar ni golpear la mesa con el puño cerrado y rabia. nos creímos que la culpa no era nuestra. pobres ilusos.

muy bien, empecemos. estamos listos? Gael García Bernal, Mozart in the jungle, S02E10.

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cardiología mundo grúa

guerra

(escuchando bitter, Me’Shell Ndgegeocello)

terminó el verano y empezó la guerra. una guerra nos está consumiendo el tiempo, las miradas, las sonrisas y las ganas. una guerra que está empezando a hacer mella en los padres, las madres, los maestros, los abuelos, los tíos, los amigos y, sobre todo, en los niños, las mayores víctimas del conflicto y la única razón por la que se lucha. porque, sí, ellos son la única razón por la que se lucha, por ellos y por su mañana, lleno de incertidumbre y de futuros sin nombre de profesión, con la palabra crisis escrita en neón. por ellos, para que aprendan que la dignidad, la unión, los principios, la verdad, la cultura, la nostra llengua, la educación y la paz, son valores más importantes que una semana, dos, o un mes, sin clases. terminó un verano extraño, en el que el agua estuvo a punto de hervir, pero que no parecía tener ninguna intención de hacerlo, y empezó la guerra. ellos con las cerillas y el principio de la mecha, nosotros con el barril de dinamita. las consecuencias, que casi seguro serán más que soluciones, todavía están por ver. para ellos, el sentido común no es razón suficiente para mantenerse en el campo de batalla, sólo las palabras dichas desde la tribuna de un mitin hace ya varios años (unas palabras que, si se leen bien, se convierten en una trampa para los que las pronunciaron). para nosotros, la intolerancia, las dictaduras del más fuerte o con más policías, el desprestigio y los insultos y el rodillo de los que hablan de mayorías silenciosas (háganse bien los números, por favor), son la punta de un iceberg que lleva demasiado tiempo creciendo hacia abajo. por eso hablan de leyes de símbolos y convivencia, de aplicación en la libertad del que dicta las leyes por vía de urgencia, de gritos sin importancia, de niños rehenes, de inmovilismo y de politización de las víctimas. porque, como en toda guerra, nadie juega limpio. ellos hacen listas negras, infiltran, crispan, hablan en voz baja, le plantan cara a los gritos con cordones policiales, y miran desde la ventana del despacho como la calle levanta los brazos y cómo la indignación se convierte en desesperación y luego, qué duda cabe, en llanto y finalmente en silencio. nosotros, por nuestra parte, también tenemos lo nuestro. el yo a éste no lo quiero ni mirar, el no hablo contigo si no te bajas los pantalones hasta los tobillos, el no me da la gana, o el insulto, son monedas de cambio de un frente que se está extendiendo a todos los ámbitos. con lo mediterráneos que somos en esta isla que se llamaba de la calma y en las tres restantes. pero así es esta guerra. los familiares de las víctimas se están convirtiendo en verdugos con un hacha llamada grito como única arma. porque es la única que queremos utilizar.

habrá un millón de personas, aquí en nuestro país, que se asombrarán, ofenderán y horrorizarán ante vuestra unión, y tendréis que afrontar esas consecuencias tal vez durante el resto de vuestra vida. pero debéis ignorar a esos pobres diablos, o compadecerlos, porque son esclavos de sus prejuicios, fanatismo ciego, odios y estúpidos miedos. y, cuando llegue el caso, debéis uniros el uno al otro estrechamente desafiando a esos mentecatos. cualquiera podría poner un montón de objeciones acerca de vuestro matrimonio… pero la replica es tan sencilla que no se atreverán a ponerlas.

Spencer Tracy, adivina quién viene esta noche.

por si alguien quiere más información.
cadena ser, hora 25.
la sexta, el intermedio (en la tercera parte)

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callados

(escuchando Jack White, blunderbuss)

les oigo hablar y me callo. porque es mejor que, si no preguntan, no decir en según qué situaciones. incluso si preguntan. que no está la economía doméstica para subir la temperatura del horno, que te echen de la cocina y te quedes sin bollos. o sin pan, que es peor. pero esto no es de ahora. hace algo más de medio siglo nadie hablaba distinto en estas islas y en otros pueblos galos si no era en su casa y muy bajito. y, a veces, ni eso. luego dijeron que sí, que se podían compartir ideas, incluso contrapuestas. pero ahora no. ahora argumentan que, por nuestro propio bien, ya no se va a poder. que si vistes de verde, te ponen falta, que si no hablas con las palabras que tocan y en el idioma que toca, te ponen falta, que si dicen en casa aprendí algo, te ponen falta, que si llevas un lazo en la ropa de cualquier color que no sea azul, te ponen falta, que si no te gustan los toros, te ponen falta, que si eres zurdo, te ponen falta, que si faltas, te ponen falta, que si tienes ideas, te ponen falta, que si usas las cacerolas para algo que no sea cocinar, te ponen falta, que si abrazas a los niños, te ponen falta, que si les enseñas la palabra no, te ponen falta, que si sonríes demasiado, te ponen falta, que si haces tu trabajo sin corsé, te ponen falta, que si respiras algo que no sea el aire que mueven las gaviotas al batir sus alas, te ponen falta. y, a las tres faltas, a la calle y a la cola. dicen todo eso por ley y con el respaldo de los cuerpos de seguridad de las islas como único gasto que aumenta en sus números. o sea, con las porras en la mano. y el cine cuesta siete euros y medio. y cállese, señor, que esto es culpa suya. menos mal que luego pasa el tiempo y sólo hacen falta cinco años para que ellos y ellas puedan considerarse libres a la hora de decir que se quieren y que quieren pasar el resto de sus vidas juntos y tener hijos y ser familia legalmente. aunque puede que, con el trabajo que están dando a los que escriben en el cuaderno de las normas (quién ha dicho que no se genera empleo?), harán falta algunas décadas para que puedan y podamos decir, vestidos de verde y con una cacerola en la mano, váyanse ustedes a tomar los aires al vertedero, que ahora está lleno, también por ley, de basura alemana. y austríaca y suiza y de otros países que nos la traen en barco (en avión vienen los turistas), no vayan a pensar que somos racistas.

es muy fácil perder puntos, porque hay hambre. Roberto Begnini, la vida es bella.

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cortinas

(escuchando bog country, the crossing)

– es absolutamente necesario que el gobierno en masa monte en cólera. hay que generar unanimidad y conseguir que el país entero sea una masa compacta que lucha contra el invasor.
– disculpe, invasor?
– nos están quitando lo que es nuestro. y eso no se puede tolerar.
– ya, pero… invasor? usted cree que funcionará?
– claro que funcionará. siempre ha funcionado. cuando hay grietas, la mejor forma de taparlas con mucho pegamento. y este ataque va a ser el pegamento que necesitamos.
– y qué van a hacer al respecto?
– qué quiere decir qué vamos a hacer? nada.
– cómo qué nada? si van a montar el cólera contra el invasor, habrá que hacer algo, no? porque no podemos montar el cólera y ya está.
– claro que podemos. lo que tenemos que hacer es amenazar con que tomaremos fuertes medidas. y cuando preguntes qué medidas, decir que vamos a montar un gabinete de crisis para que las estudie.
– no sé, no tengo muy claro que vaya a funcionar. no sería mejor tener un plan b, por si acaso?
– tiene razón, es mejor tener algunos ases en la manga.
– usted cree que, con la que está cayendo, vamos a encontrar otro as?
– qué le parece lo de la caza?
– uf, no sé. no me convence. eso no es meterse en un terreno muy pantanoso, no cree? qué postura querría tomar?
– ninguna. diremos que ya lo sabíamos y, pero nada más.
– cómo nada más?
– pues eso, nada más. que ese es un tema que trataremos en privado con quién haya que tratarlo, pero que es demasiado delicado para hablar de ello antes de lo necesario.
– no sé, no sé. casi me convence menos que lo de montar en cólera.
– tranquilo, ya verá como se lo tragan. la carnaza es mucho mejor que la política, se lo digo por experiencia.
– bueno, usted es el profesional.
– pues eso. aunque, sabe qué? haremos las dos cosas: lo de la caza y lo de la cólera. así tendremos a la gente entretenida, como mínimo, un mes.
– tanto?
– ya lo verá. y, si lo manejamos bien, incluso un poco más.
– entonces, de lo de los recortes en educación, sanidad y todo lo demás, no preparo declaraciones?
– no, no hace falta.

Winifred: qué nos han hecho los albaneses?
Conrad: qué han hecho por nosotros? qué sabemos de ellos?
Winifred: nada.
Conrad: ves? se lo guardan todo. huele mal. no se puede confiar en ellos.

Anne Heche & Robert de Niro, la cortina de humo.

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entrega

(escuchando the Kansas city band, bso Kansas City)

cliente: no, si me gusta, en genera, creo que la casa le ha quedado muy bonita. pero, mire, ahora que está terminada, creo que, en lugar de tres habitaciones, me gustaría que tener cinco. pero grandes, eh? igual que las que hay pero cinco.
maestro de obras: disculpe? pero si no tiene más que cien metros de casa.
cliente: pues eso, que creo que necesito más espacio. además, no me gustan las esquinas, me lo puede volver a hacer quitándole las esquinas?
maestro de obras: sin esquinas.
cliente: y la cocina la quiero de esas que tienen una isla en medio. y luego un garaje y una barbacoa de obra.
maestro de obras: pero si no tiene jardín?
cliente: bueno, pero eso no es problema, no? se puede pillar un poco del solar de al lado, que total está vacío. ah, y no se olvide de la piscina, que no me la ha puesto usted.
maestro de obras: una piscina?
cliente: sí, a ser posible climatizada y ovalada, porque ya le he dicho que me llevo muy mal con las esquinas. y póngale una cubierta de esas que se abren y se cierran, que quiero poder bañarme en invierno.
maestro de obras: a-ha. alguna cosa más?
cliente: sí, sí. me gustaría que toda la pared de la parte posterior de la casa, en vez de ser de piedra, que se come mucho la luz, fuera de cristal. para que entre mucha luz. pero sin que se caliente mucho, eh? que luego crea efecto invernadero y no hay quién esté en la casa.
maestro de obras: todo cristal sin que dé calor?
cliente: claro, que quiere, que nos achicharremos? en general, quiero que la casa sea mucho más moderna y espaciosa, pero sin abandonar el aire rústico de edificio del siglo pasado. ah, y con domótica, déjemela preparada para la domótica, que tengo un amigo que es electricista y me ha dicho que me pondrá lo último de lo último.
maestro de obras: pero si tiene usted un solar de cincuenta metros cuadrados, cómo quiere que lo haga?
cliente: mire, yo no sé cómo se hace, porque de diseño y construcción de casas no tengo ni idea. usted es el profesional y para le pago, no? soluciónemelo.
maestro de obras: bueno, veré que puedo hacer. estudiaré las posibilidades, le haré un presupuesto y hablamos.
cliente: un presupuesto? no, no. todo esto tiene que hacérmelo por el mismo precio. tú me dijiste que me harías la casa que quería y me hiciste un presupuesto. ahora no me lo vas a subir. sino, me vuelves a dejar el solar vacío y ya me buscaré a otro que quiera hacerlo, que tengo un amigo que tiene un hijo que estudia para arquitecto y seguro que sabe más que tú.

no intente reproducir esta conversación en la vida real en profesiones reconocidas como tales. válida únicamente para trabajos relacionados con la creatividad.

Sam: qué haces cuándo no estás aquí?
Mississippi: canto.
Sam: cantas?
Mississippi: sí.
Sam: canciones?
Mississippi: sí, canciones. qué haces tú?
Sam: escribo.
Mississippi: palabras?
Sam: sí, palabras.

Josh Radnor & Kate Mara, happythakyoumoreplease.

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bitácora (3)

(escuchando massive attack, heligoland)

cuaderno de bitácora del Agency Key.
los tiempos en los que el navío navegaba viento en popa y con las tripulaciones contentas con el trabajo que realizaban, con sus ventajas y desventajas, con sus momentos de gloria y dificultad, habían pasado hacía ya tiempo. ahora, las aguas que surcaba eran complicadas, llenas de escollos y arrecifes, y habían hecho naufragar a los buques más conocidos, aquellos que habían sido compañeros de viaje durante muchos años. muchos eran los amigos de tabernas que habían abandonado la vida en el mar y nunca más se les había visto en sus taburetes preferidos. corrían malos tiempos para los barcos de gran calado. ahora eran las pequeñas embarcaciones las que se deslizaban entre los restos de cascos y mástiles, las que llegaban antes que nadie a los puertos para abastecerse, las que terminaban con los víveres sin compasión, las que cortaban de cuajo cualquier posibilidad de que un monstruo como el Agency Key pudiera conseguir alimento para sus tripulantes. por eso, ante semejante panorama, la acusación de que el cuadro de mando al completo había llevado a cabo prácticas consideradas como actos de piratería no llegaba en el mejor momento. las patrullas de policía del mar empezaron a abordar el barco con total impunidad, deteniendo a todo aquel que pudiera saber alguna cosa de las supuestas actividades ilegales que permitían llenar las bodegas sin importar las reglas. la falta de víveres en los puertos y las acusaciones habían puesto al Agency Key en una de las situaciones más difíciles desde su botadura, hacía ya más de veinte años. los tripulantes, por su parte, esperaban ansiosos que la situación llegara a su fin. algunos deseaban llegar a un puerto en el que poder desembarcar y quedarse para siempre, otros miraban de reojo los botes salvavidas, buscando alguien con quien poder compartir tan ardua travesía. el resto, rezaba para que llegara un milagro, algún tipo de acuerdo con una autoridad portuaria que les permitiera recibir ayudas para poder comer. ninguna de las opciones era la que los tripulantes deseaba. pero eran las únicas que había.

mis perros tienen hambre. una pena que solo estés tú. Heath Ledger, batman, el caballero oscuro

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bitácora (2)

(escuchando Jamie Cullum, the pursiut. es lo que tiene que el maestro te envíe un sms que te obliga a sonreír)

cuaderno de bitácora del Agency Key.
se sirvió café sin mirar la taza, ni darse cuenta de que la mitad del contenido se derramaba sobre la mesa. estaba ensimismado, y se olvidó del tiempo que llevaba ahí sentado. la ventana se había convertido en un mosaico pintado con pinceles de agua condensada. en el camarote, el ambiente era perfectamente adecuado para una de esas fotografías en blanco y negro que quieren administrar un estado de ánimo nostálgico vía retinal, casi sin que nadie lo note. al verlas, uno siempre se queda con un interrogante flotando entre el cabello. qué habrá pasado? y, paciente, espera a que los fotogramas avancen y la historia se desarrolle con normalidad hasta conocer todos sus pormenores. pero allí no había pormenores que conocer. sabía perfectamente la razón por la que la el barco llevaba un tiempo balanceándose entre una tormenta y la siguiente, por la que debía medir los pros y los contras antes de atracar en cualquier puerto para llenar la despensa de suministros. el nivel cambió y parte del café derramado en el plato le cayó sobre una pierna, tiñéndole el pantalón de marrón oscuro y la piel de bermellón. fue un instante de dolor. pero pasó enseguida, casi sin inmutarse. vació el platito en el lavabo y se tomó lo que quedaba en la taza de un sorbo. estaban a punto de atracar de nuevo. era un puerto en el que ya habían hecho parada en otras ocasiones, y nunca habían tenido ningún problema más allá de los comunes en estos casos: revisiones en los precios, calidad de los productos, modificaciones finales en el transporte y entrega, o cualquier otro pormenor que les había obligado a trabajar más horas de las acordadas. pero esta vez el viento no soplaba a favor, ni mucho menos. y se estaban quedando sin provisiones. sonó la sirena. iban a darles instrucciones.

el aire no huele tan fuerte por aquí. en caso de duda, Meriadoc, sigue siempre tu olfato. Ian McKellen, la comunidad del anillo.

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consecuencia

(escuchando Miles Davis, kind of blue. que para escribir de ciertas cosas hay que ponerse muy serio)

lo contó Matías Vallés hace un par de domingos y no se podía creer. pero ahí está, en e-bay.

comprador: hola, oiga es aquí dónde venden un palacete por tres millones de euros?
vendedor: sí, sí, es aquí.
comprador: es que estaría interesado en que me diera más detalles.
vendedor: bueno, tiene todos los detalles en el anuncio.
comprador: sí, sí, lo he leído, por eso me pongo en contacto con usted. lo que pasa es que, en el anuncio, no hay muchos datos sobre el interior de la vivienda. porque esto es una vivienda, verdad?
vendedor: claro, claro. una vivienda habitada hasta hace un año más o menos. pero con visitas esporádicas de su propietario.
comprador: muy bien, pero sigo sin tener demasiados datos.
vendedor: bueno, sobre eso ya tendríamos que hablar con el propietario. y ahora mismo se encuentra algo desconectado del mundo.
comprador: cómo desconectado? quiere decir que no podemos contactar con él?
vendedor: no sé si será muy factible. porque se trata de una persona muy conocida en el barrio y ha tenido algunos problemas con sus conciudadanos?
comprador: pero no tendrá nada que ver con el palacete, verdad? no quiero tener problemas con los vecinos.
vendedor: no, no se preocupe. fue más una cuestión de actitud, que de otra cosa.
comprador: bien, de acuerdo. cuándo podría pasar a verlo?
vendedor: bueno, como pasar, puede usted pasar por delante cuando quiera. está en el casco antiguo de la ciudad, en la calle…
comprador: por dentro, quiero decir a verlo por dentro.
vendedor: bueno, déjeme pensar. hablo con la policía y a ver si nos lo pueden abrir.
comprador: con la policía? cómo con la policía? es que es que se trata de algún criminal?
vendedor: oh, bueno, no. todavía no ha salido la sentencia, pero no se preocupe que saldrá.
comprador: qué?
vendedor: quiero decir que, en cuando salga la sentencia, la policía se hará cargo del inmueble y podrá usted disfrutarlo. pero seguro que nos lo podrán enseñar antes, porque tengo un primo que trabaja en la judicial y…
comprador: (tuuut-tuuut-tuuut)
vendedor: joder, esto de vender conseguir que nos devuelvan el dinero a los contribuyentes va a ser más complicado de lo que creíamos.

Doris: tú no tienes valores. toda tu vida es nihilismo, cinismo, sarcasmo y orgasmo.
Harry: sabes? en Francia con ese slogan me habrían hecho presidente.

(y en más sitios, mi querido Woody, y en más sitios)

Caroline Aaron & Woody Allen, desmontando a Harry.

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jotas

(escuchando Eli ‘paperboy’ Reed & the true lives, roll with you. toma ya descubrimiento soul)

jota minúscula necesitaba tres mil euros para reformar los baños y la cocina de su nueva casa. ilusionado, acudió al banco que había visto crecer su negocio, que sabía de sus ingresos, sus altibajos, sus dificultades, sus épocas de bonanza. tuvo que firmar catorce documentos, hacer fotos de la vivienda, explicar por activa y por pasiva, primero a la chica del mostrador, luego al apoderado y finalmente al director, lo que quería hacer. poner dos termos de agua caliente, cambiar las tuberías de plomo y la grifería, sustituir la cocina de gas, el horno y la nevera, y comprar una lavadora. eso era todo. casi nada. como es usted un cliente habitual, en quince días, si el departamento de préstamos lo aprueba, tendrá el dinero. salió de la entidad contento. si tenía suerte, en dos semanas podría quedar con el fontanero y empezar a buscar electrodomésticos.
jota mayúscula necesitaba tres millones de euros para una fianza. en setenta y dos horas. levantó el teléfono. habló con el presidente de la caja de ahorros que sabía de sus negros, de sus montañas de billetes sin limpiar, de su auge en política y economía doméstica, de sus laberínticas amistades y contactos. le contestó ven a verme. acudió a la oficina central. no firmó nada. se llevó, esa misma mañana, dos talones de un millón y medio de euros cada uno. es un cliente de toda la vida, explicó el director. pagó a tocateja. sin dar explicaciones. al salir del juzgado, no estaba contento. se quejaba de que su imagen había salido muy perjudicada del caso y que había perdido su trabajo en una importante compañía norteamericana. soy inocente, afirmó rotundo. hasta que se demuestre lo contrario.
San Martín es en noviembre, no?

alégrame el día. Clint Eastwood, Harry el sucio.

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misión

(escuchando Franz Ferdinand, tonight, que hay que ir haciendo hueco en las neuronas)

el mejor economista sumergido de estas islas lloró un poco en la intimidad después de sacar la papeleta de su reto final. encontrar tres millones de euros blancos en setenta y dos horas. su especialización en el reverso tenebroso de la moneda y el billete le habían convertido en un malabarista del capital negro, pero había olvidado gran parte de las leyes de todo caballero president jura al ser nombrado. o puede que todas. su maestro, el gran Gabriel, había tratado de enseñarle que no debía olvidar que los caminos del poder son inescrutables. recuerda que algún día regresar a tu ciudadanía y andar entre los mortales deberás , le aconsejó con voz solemne. facturas para justificar todo tu poder deberás guardar en un cajón si que te miren como a un igual deseas, mi joven matiwan. pero los midiclorianos de un caballero son fácilmente corrompibles con la cantidad suficiente de cera para el pelo, y se dejó poseer por los caminos del lado oscuro. y ahora tendría que usar todos sus trucos para conseguir dar el golpe de efecto necesario para destruir a su enemigo: el gigantesco bote de detergente que le permitiría limpiar seis mil billetes de color morado. agarró el mando de la consola y probó suerte. derecha-derecha, abajo, punch. nada. derecha, arriba, punch, abajo, punch. nada. en otros tiempos y otras circunstancias con un simple derecha, punch, le hubiera bastado. incluso si el ademán lo hubiera hecho con el dedo. sus bastardos se hubieran encargado del resto. pero ahora no tenía bastardos. así que lo intentó de nuevo. decha-derecha, arriba, derecha, abajo, punch. y el detergente sin sufrir ni un rasguño. arriba, abajo, derecha-derecha, puch. pero golpe incluye un movimiento a la izquierda, y eso, en el lado oscuro, es impensable. por primera vez, sintió miedo.

enloquecido por el lado oscuro, el joven Skywalker se ha vuelto. el joven que entrenaste ya no existe más. Frank Oz, star wars, la venganza de los Sith.