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bocanada

(escuchando Terence Blanchard, a tale of God’s will)

miró hacia arriba, hacia la entrada de luz. las paredes del pozo parecían imposibles de escalar. húmedas, cubiertas de líquenes, dejaban resbalar las gotas de lluvia. tenía que buscar una estrategia, una forma de avanzar hacia el exterior. nunca había sido buen deportista, ni siquiera deportista, pero tenía manos y pies y espalda y rodillas, y tenía que usarlas. fuerza y entereza más allá de lo que hubiera pensado. miró hacia arriba y respiró un poco mejor.

tras un silencio demasiado largo para ser un silencio, decidió volver. aunque fuera en corto. aunque fuera en rápido.

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oferta

(escuchando, de nuevo, la niebla de la mañana)

– diga?
– buenos días, le llamo de la compañía de enfermedades comunes para niños y mayores. tiene usted hijos?
– sí, dos. pero es que a mí no me interesa…
– mire, estamos ofreciendo un bono de varicela para niños que se lleva mucho este año, y de regalo le regalamos la posibilidad de un contagio para bebés y el destierro en su domicilio.
– ya, pero es que…
– bueno, no me dirá que ahora que se acercan las fiestas, no es el mejor momento de quedarse en casa.
– bueno, sí, pero…
– mire, me ha caído usted bien. le voy a incluir en el bono, para cuando terminen las varicelas, una bronquiolitis para recién nacidos, y un gripazo para niños que es un primor. así no termina usted nunca.
– no, no, si la oferta es tentadora, pero es que yo ya soy asmático, sabe? y ya tengo suficiente con eso.
– hombre, haberlo dicho antes, además de la bronquilitis y el gripazo, le regalamos un resfriado con tintes de bronquitis asmática para usted, la posibilidad de contagio de gripe para bebé y para su mujer.
– …
– y le regalo un dolor de espalda para usted y su señora, qué le parece?
– bueno, esto…
– perfecto, se lo envío todo junto para que le llegue justo el día de Navidad.

y en esas estamos.

elegí un mal momento para dejar de oler pegamento. Lloyd Bridges, aterriza como puedas.

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excusas

(escuchando el tap tap de las teclas al pulsar muy pronto por la mañana)

los que saben qué ha ocurrido, no necesitan mucha explicación. todos los demás, puede que tampoco, porque los silencios son muchas veces más explícitos que los grandes discursos elaborados para la ocasión, pero un par de líneas de ei, seguimos aquí, nunca vienen de más. y mucho menos justo antes de que desaparezcan por vacaciones. así que ahí van.

sucedieron básicamente dos cosas.

la primera es, brillante, brutal, emocionante. uno de esos acontecimientos que sólo se dan un par o tres de veces en la vida de cada uno (o incluso ninguna) y que, parafraseando a Berto, vale la pena y es lo más mejor del mundo. sucedió hace algo más de un mes, se llaman Lola y es una niña preciosa (qué no dirá un padre orgulloso). pero nació a destiempo y con algún problemilla que la hizo dormir más de lo que hubiéramos querido fuera de casa. ahora ya está todo en su sitio. y nosotros también, constatando que la lógica matemática no funciona en estos casos y que uno más uno no son dos, sino algo más cercano al once.

la segunda es mejor no describirla con mucho detalle, porque el resultado podría no ser tan bonito ni tan emocionante como desearía. pero cabe englobarse en el máximo común denominador de esta crisis que ya ha demolido una gran parte de las economías domésticas y ha engordado la cola de ese sitio en el que sellas una tarjeta cada equis meses y te dan algún dinero a cambio. pero no mucho y por poco tiempo. pues ahí estamos. la cuestión es que, después de muchas vueltas y más noches sin dormir de las que nos ha regalado la recién llegada, la navegación en solitario es la mejor opción. así que si alguno conoce de alguien que necesite de uno que sepa un poco, tampoco mucho, que no queremos engañar a nadie, de esto de internet y sus páginas, que lo diga. que aquí estamos para eso. bueno, para eso y para hacernos ricos y dominar el mundo. pero eso forma parte del plan maestro de cada uno y es mejor no desvelar los detalles. luego, ya, si eso, cuando nos entrevisten para la portada del dominical de el país.

así que nadie ha desaparecido ni se ha dormido ni mucho menos. simplemente, esto toma otra razón de ser y otro funcionamiento, mucho menos lírico y arbitrario. ni que decir queda que ha sido un placer terminar la primera fase. la segunda, como el año nuevo y su vida nueva, será mucho mejor.

molts d’anys.

desear cosas es bueno siempre que no te enfades sino las consigues. Ethan Hawke, antes del atardecer.

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nocturno

(escuchando brad, interiors)

la emisora esta casi a oscuras. en la redacción, sólo tres o cuatro personas miran las pantallas de los ordenadores buscando noticias con las que amenizar los boletines horarios. en el estudio uno, el técnico de control ultima los detalles para el programa. cinco minutos y dentro. al otro lado del cristal, la mesa circular espera, paciente, a que los micrófonos y auriculares se conviertan en personas que hablan y discuten sobre el mundo del cine. papeles, libretas, bolígrafos y botellas de agua, mantienen la tensa espera de los instantes previos a que la luz roja se encienda. los participantes, mientras tanto, apuran un cigarrillo a la entrada del edificio, y hablan de las películas que acaban de ver y que van a destripar en las almohadillas con el logotipo de la emisora. vamos, vamos, que nos toca, avisa el realizador. treinta segundos más tarde, cinco personas ocupan sus asientos. cascos, miradas cómplices, silencio absoluto, banda sonora, diez, nueve. alguien da un sorbo de agua. ocho, siete, seis. el conductor del programa levanta la mano. cinco, cuatro, tres. el técnico de sonido pone el dedo sobre el botón del volumen del micrófono uno. dos, uno. la luz roja se enciende y empieza un viaje de dos horas en el que merece la pena sólo estar ahí, aunque sea de invitado. bona, nit i benvinguts a cinemal·loqui. los nervios desaparecen, los músculos se van destensando y el aire se deja remover hablando de cine y sus circunstancias atenuantes. las voces no se pisan, los diálogos se hacen divertidos, tiernos, dramáticos, críticos, afines. los minutos fluyen compenetrados con el guión pautado y le otorgan al tiempo un nuevo sentido de velocidad. cuando alguien se da cuenta, han pasado dos horas. fins la setmana que ve. salut i cinema. hablar de películas siempre es un placer. y entre apasionados, mucho más.

me gusta ver la cara mirar hacia atrás en la oscuridad y ver la cara de los espectadores. Audrey Tatou, Amélie.

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previo

(escuchando pearl jam, live at benaroya hall)

todas las noches, cuando se acostaba pensaba tranquilo, todo va a salir bien. tranquilo, no te preocupes, al final, todo sale bien. las noches dejaron de ser un espacio de tiempo para descansar. se despertaba de pesadillas imposibles, de sueños asfixiantes en los que era perseguido o insultado hasta que no podía soportarlo más. entonces abría los ojos. y pasaba horas interminables, en silencio, haciendo cábalas sobre el futuro, sobre las posibles alternativas. puede que no sea tan fácil. puede que esta partida termine perdiéndola. cada día que pasaba, se le hacía más difícil creer. hasta que la taza se llenó. no sabía la razón del cambio, pero había pasado. los nervios habían dado paso a un estado de sobriedad que había sentido en alguna ocasión antes, pero que casi tenía olvidada. inconscientemente, la había buscado en los cajones de la memoria y había encontrado la llave. va a salir bien. lo sé. va a salir bien. ahora es el momento de levantarse, de alzar las manos y la voz, de gritar que estás aquí. su voz sonaba en silencio entre los ojos. dejó de tener sueño. miró a través de la ventana y vio que estaba amaneciendo. se levantó y se metió bajo la ducha. iba a salir bien.

para averiguar si seré yo el héroe de mi propia vida o si otro ocupa ese lugar, habrá que leer hasta el final. Tobey McGuire, las normas de la casa de la sidra.

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grupos

(escuchando Janelle Monáe, the archandroid)

grupo uno. nervios, ansiedad, desconcierto, inquietud, incertidumbre, miedo, insomnio, inapetencia, vacío, decepción, tristeza, incongruencia, indecisión.
grupo dos. rumorología, silencios, miradas, corrillos, críticas, discusiones, decisiones, momentos, asperezas, conspiraciones, represalias, personalidades.
grupo tres. análisis, planes, estrategia, acción, ganas, ilusión, libertad, responsabilidad, sueños, deseo, creatividad, emoción, esperanza, pasión.
grupo cuatro: futuro.

Mario: por qué desearía estar con su familia en la soleada Italia cuando puede volver a la fría y gris Alemania a vivir allí con un terca como tú?
Martha: …
Mario: Martha, ella te quiere.

Sergio Castellitto & Martina Gedeck, deliciosa Martha.

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tictac

(escuchando Eli Paperboy Reed & the true loves, roll with you. pero qué grande es este tipo)

disculpen este silencio inesperado, pero hay días en los que lo mejor que se puede hacer es estar calladito durante una semana o dos.

esperar más de lo razonable no se le da bien a nadie. porque puedes estar un par de decenas de minutos buscando entre las caras de la gente a ese alguien que llega tarde sin problema, pero si aparece un par de horas tarde es que no va a venir o, si lo hace, va a tener que hacer lo que fuera que ibais a hacer él o ella solito o solita. porque puedes estar un par de días pegado al teléfono, con el ansia nerviosa por escuchar su voz, pero un par de semanas es creer excesivamente en el amor o se un imbécil redomado. porque no hay problema en contemplar como se van tachando cuadritos en el calendario mientras alguien toma la decisión de dar una orden que va a cambiar el resto de tus días, pero dejar que sean las hojas las que desaparecen es de tontos. en todos los casos, lo importante es saber reaccionar en consecuencia. sin darle importancia, dándosela toda, tomando nota para luego o metiéndolo en el capítulo de cosas en las que pensar y que se perderán en el olvido. ese es el quid. saber qué hacer en cada caso. o tener el teléfono del que sabe, que dicen los sabios. pues eso, dónde están esas agendas?

esa alfombra daba ambiente a la habitación. Jeff Bridges, el gran Lebowski.

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vértice

(escuchando Trent Renzor and Acticus Ross, bso the social network. qué ganas, por todos los dioses, qué ganas)

Van Morrisson decía que habría días como estos. días en los que parece que el vértice de las cosas está justo bajo tus pies. que el único camino que se plantea es el que cambia de dirección. días en los que intentas comprender qué te ha llevado a que el camino cambie así, cuando tú pensabas que ya, que era todo una línea más o menos recta, pero no logras averiguarlo. y, tal vez, si lo hicieras, tampoco importaría mucho. porque no se trata de averiguarlo, ni siquiera de solucionarlo. sólo de decidir qué vas a hacer, quedarte sentado mirando como pasa el tiempo, dar la vuelta y volver por dónde has venido, o dar un paso más y traspasar el ángulo que forma ese vértice. no hay más. la primera es sencilla, pero ineficaz. los granos de arena caen y las arrugas aparecen en un cuerpo que se queda como una caja vacía, sin ruido cuando la agitas, sin ritmo, sin carcajadas, ni siquiera una sonrisa. la segunda, regresar, es dar el camino por imposible, dejar que te venza la dificultad, querer que los granos de arena vayan hacia arriba. las fotos de tu vida ya están tomadas y cada neurona gastada está gastada para siempre. no se puede recuperar. la tercera, seguir andando, es la más complicada, porque implica esfuerzo, readaptación, cambio de rutinas, desenmascarar fantasmas, salir de la escafandra para que todo te active de nuevo. sin embargo, continuar puede llevarte a cualquier sitio, incluidas las dos opciones anteriores. que te encuentres con un vértice y lo tomes abre ante ti un abanico de consecuencias inesperadas. incluso puedes encontrarte de nuevo en la salida para volver a recorrer el camino otra vez, eso sí, cargado de experiencias. entrar en el vértice y traspasarlo es todo un logro, uno de esos instantes que hacen que sepas que esto vale la pena, y que te dejan gratamente sorprendido. aquí ya no hay ni términos ni condiciones, sólo un mensaje positivo. sé feliz. después, el vaso estará siempre lleno.

todos me conocen. todo el mundo. yo, en cambio, no he conseguido conocerme todavía. Bette Davis, Eva al desnudo.

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yeso

(escuchando PJ Harvey, stories from the city, stories from the sea. desde casa, con un yeso hasta la rodilla)

jueves. ya queda menos para el fin de semana. las dos y veinte. bien. llego a tiempo para comer sin prisa. hasta las tres no tendremos furgoneta, así que tampoco hay que ponerse nerviosos. espero que mi hermano ya haya llegado, sino luego los horarios se van a la mierda. por todos los dioses, qué calor hace. mientras conducía por la carretera, el aire aún entra por los agujeros de la cazadora y los guantes, pero en cuanto entras en el pueblo, parece que conduzca un horno en marcha en lugar de una moto. además, esto está lleno de cedas y nunca sabes quién te puede salir. nadie a la derecha, de la izquierda no puede venir nadie. joder, hace un calor de mil demonios. y tampoco puedes ir más deprisa. menos mal que ya no queda nada para llegar a casa. nadie a la derecha, nadie a la izquierda. mierda, un gato. freno. no, no, no, no. joder, joder, joder. hostias, qué daño. me acabo de destrozar el tobillo otra vez. el mismo tobillo. bueno, vale, tranquilo. tengo que salir de aquí debajo. y luego mirar si la moto se ha hecho algo. pero no puedo moverme. qué pasa? el otro pie. está enganchado del estribo. tengo que sacarlo de ahí. no me duele, así que puede que sólo sea la zapatilla. no, el cordón, es el cordón. el cordón en el estribo. y cómo lo saco de ahí? no llego. la espalda, me duele la espalda. y el tobillo, tengo que quitarme la moto de encima. un señor, de dónde ha salido? sí, sí, estoy bien. sólo necesito que me ayude con el pie, que no puedo desengancharlo del estribo. el cordón, se ha enganchado el cordón. gracias, muchas gracias. sí, esoty bien. no se preocupe. se me ha cruzado un gato. no, tranquilo, ya puedo levantarla yo. no pesa tanto como parece. gracias, muchas gracias. en serio, estoy bien. sólo me he dado un golpe en el tobillo. bueno, tengo una pequeña herida. no es nada. puedo ponerlo en el suelo y andar. menos mal. y la moto? nada, tampoco nada. bien. ahora, a comer y a hacer la mudanza.

sabéis por qué tenemos faros? porque orientan a los barcos en la oscuridad y los mantienen a salvo evitando que choquen contra las rocas. porque cuando te encuentras con una tormenta en el mar y las olas no paran de golpearte y crees que ya nunca volverás a tierra y que estás a punto de romperte en mil pedazos y hundirte en el agua hasta el fondo, es la luz la que orienta tu mundo. la luz. Steve Carrel, como la vida misma.

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momentos (2)

(escuchando eso de ahí abajo)

se acuerdan de esto? en un día marrón en el que las cosas no están para tirar cohetes, sino para pensárselo dos veces, incluso tres, es bueno saber que la gente de everyone están ahí.

mi profesor de inglés dice que la acción forma el carácter. Si no hiciéramos nada, no seríamos nadie. Carey Mulligan, an education.