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cine

actitud

(escuchando black keys, el camino)

son pocas cosas, pero suficientes. que cada uno cambie las que considere por las que considere.

por qué la vida merece ser vivida? bueno, supongo que hay cosas que hacen que la vida merezca la pena vivirse. por ejemplo, Groucho Marx y Willie Mays, y el segundo movimiento de la Sinfonía Júpiter, y la grabación de Potatohead blues por Louis Armstrong, y las películas suecas, y La educación sentimental de Flaubert, y Marlon Brando, Frank Sinatra, las fabulosas manzanas y peras de Cézanne, los cangrejos de Sam Wo, y el rostro de Tracy..

Woody Allen, Manhatan

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tv

aficionados

(escuchando Dexy’s midnight runners, searching for the young soul rebels)

ayer hablamos de grandes guiones norteamericanos en la pantalla pequeña que se hace enorme. hoy ponemos un ejemplo británico que, permítanme la sugerencia, si no han visto, deberían sin ningún tipo de duda ni excepción.

Sherlock (en un taxi): a ver, alguna pregunta?
Watson: sí, a dónde vamos?
Sherlock: lugar del delito. siguiente?
Watson: quién eres, a qué te dedicas?
Sherlock: tú qué crees?
Watson: diría que detective privado.
Sherlock: pero?
Watson: la policía no trabaja con detectives privados.
Sherlock: soy un detective asesor. el único en el mundo, yo inventé el puesto.
Watson: en qué consiste?
Sherlock: que cuando la policía está perdida, que es siempre, me consultan.
Watson: la policía no consulta a aficionados.
Sherlock (mira a Watson y esboza una sonrisa): ayer, cuando te conocí, dije Afganistán o Irak, y parecías sorprendido.
Watson: cómo lo supiste?
Sherlock: no lo supe, lo vi. tu corte de pelo, tu contención. es muy militar. y tu comentario al entrar en la habitación. estudiaste en Bart’s, luego médico del ejército. es evidente. estás moreno, pero no de la muñeca para arriba, has estado fuera pero no tomando el sol. cojeas mucho al andar, pero no pides una silla cuando estás de pie, como si se te hubiera olvidado. o sea que, en parte, es psicosomática. eso dice que las circunstancias de la lesión fueron traumáticas. herido en combate. herido en combate, moreno, Afganistán o Irak.
Watson: dijiste que tengo psiquiatra
Sherlock: tienes cojera psicosomática, por supuesto que vas al psiquiatra. después está tu hermano. tu teléfono. es caro, con correo electrónico y mp3, y buscas compañero de piso, por tanto, es un regalo. muchos arañazos, no uno sólo, sino muchos. va en el mismo bolsillo que las llaves y las monedas. el hombre que tengo al lado no trataría así un lujo como éste, luego tuvo un dueño anterior. lo siguiente es fácil, tú ya lo sabes.
Watson: el grabado.
Sherlock: Harry Watson, un miembro de la familia que te regaló su viejo móvil. no es tu padre, es un objeto de un hombre joven, quizá un primo, pero eres un héroe de guerra que no encuentra casa, es poco probable que tengas una familia extensa a la que estés unido, así que va a ser tu hermano. y ahora Clara. quién es Clara? tres besos dicen que es una relación amorosa, el coste del teléfono dice esposa, no novia. debió de regalárselo hace poco, este modelo sólo tiene seis meses. problemas en el matrimonio y seis meses después, él tira la toalla. si le hubiera dejado ella, se lo habría quedado. sentimentalismos? no, quiso deshacerse de él, la dejó él. te dio a ti el teléfono para que estéis en contacto. buscas alojamiento barato, pero no acudes a tu hermano en busca de ayuda, luego tienes problemas con él. puede que te gustara su mujer, puede que no te guste que beba…
Watson: y… cómo puedes saber lo de la bebida?
Sherlock: es una conjetura, pero muy buena. el conector está rodeado de marcas. cada noche lo enchufa para cargarlo pero le tiemblan las manos. esas marcas nunca se ven en el teléfono de un hombre sobrio, y nunca se ve el de un borracho sin ellas. ves? tenías razón.
Watson: razón? razón en qué?
Sherlock: la policía no consulta a aficionados.

Benedict Cumberbatch & Martin Freeman, Sherlock.

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cardiología

hoy y mañana

(escuchando hoy empieza todo, radio 3)

llega con retraso, una semana (y un mes) después de las últimas líneas antes de decirle hola a las siestas con sofá, café con hielo y un libro entre los dedos, que se cansan y dejan caer las páginas y los párpados, justo después de comer, cuando se sincronizan los sueños. pero llega. el principio de curso, el final del verano, septiembre, el año. llega. y, aunque el día es día de películas, es necesaria una lista de cosas que han pasado y habrá lucha para que sigan pasando. con película incluida en cada punto, por supuesto.

– hablar de cosas importantes y de todo lo demás. como con los niños, que te miran y escuchan y cuentan y ríen y lloran, con ella, con la que cada día es un poco mejor, aunque haya barrancos y olas de proporciones impensables, con ellas dos, que siguen ayudándonos a creer en nosotros, con ellos dos, con los que tenemos aventuras solos y acompañados y las seguiremos teniendo, con ellos ahora cuatro, que suman personas en lugar de restarlas, con ellos cuatro, que siguen ahí a pesar de las montañas rusas. un placer: antes del amanecer y, justo después, antes del atardecer.

– cocinar con música puesta y delantal y copa de vino o cerveza. olvidar algunos vicios del paladar y cambiarlos por otros. con lista de platos y de la compra. por ellos y por nosotros. por la emoción de las papilas gustativas y el estado de ánimo que produce. por que los fogones pueden ser un arte sencillo y preciso. una obligación: deliciosa Martha.

– salir más allá del pueblo, correr aventuras en tren, avión, barco, coche, bicicleta, moto y zapatillas deportivas. dejar los teléfonos apagados y sin cobertura. estimular los momentos de esos que se recuerdan porque salen en las fotos de la memoria. probar cosas y dejar que cada lugar nos regale un poco y dejarnos un trocito en alguna esquina, casi impredecible. una bocanada de aire: hacia rutas salvajes.

– ver películas, muchas, porque sí, porque hace falta, porque es un placer, y porque incluso las peores son películas. devorar fotogramas en pantalla grande y en pantalla más pequeña. recomendadas y sin recomendar. sólo y acompañado de ella y de todos los demás. una emoción: la rosa púrpura del Cairo.

– escribir y leer. dejar que el cerebro se desconecte y que sean las manos las que dicten las teclas a pulsar y las secuencias a dibujar. libre, sin ataduras ni hambre de respuesta, por el gusto de hacerlo y de volver a ejercitar las ideas, el ritmo de las letras en el corazón. una historia magnífica: más extraño que la ficción.

– escuchar música. en vinilo casi siempre y en otros formatos también. no sólo de fondo. escuchar. y dejar que ellos escuchen y, si quieren, entiendan y sientan los instrumentos, los ritmos, las melodías, las letras. Miles Davis y The Clash. dejarse convencer sin prejuicios. una imprescindible: alta fidelidad.

– trabajar con todo en el asador. con normas, porque en esto nos jugamos mucho más que un par de euros, porque es obligatorio el movimiento para estar vivo, porque hay que salir de ésta con la sensación de que estás haciendo bien las cosas, porque para todo hay un momento y cuando se trabaja, se trabaja. porque la inspiración siempre llega, pero hay que hacer muchos dibujos antes de darte cuenta de que es imposible trazar un camino ordenado para llegar. porque hay que demostrar y demostrarse que crees en esto. una inspiración: lugares comunes.

– amar. así, a tutiplén y sin medida. un aplauso, por favor: adivina quién viene esta noche.

me doy cuenta que estoy muy emocionado, casi no puedo estar sentado o tener la cabeza tranquila. creo que es la emoción que sólo un hombre libre puede sentir, un hombre libre al principio de un largo viaje cuyo final es incierto. espero poder cruzar la frontera, espero poder ver a mi amigo y estrechar su mano, espero que el Pacífico sea tan azul como siempre he soñado. y espero nunca más perder la esperanza. Morgan Freeman, cadena perpetua.

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cardiología cine

click

(escuchando Dexy’s midnight runners, searching for the young soul rebels)

han sido muchos días de estar callado. falta de minutos y muchos trabajo achacado a que esto va a estar cerrado un mes y hay que dejarlo todo pulido hasta la última coma. tal incluso demasiado pulido en forma y olvidado en contenido. pero no nos vamos a meter donde no podemos meternos ni nos interesa. así que hoy, último día laborable en este gabinete para el que suscribe hasta que llegue septiembre, hagamos como que es viernes y háblese de las dos últimas películas.

la delicadeza. una pequeña joya en la que todo es lo que parece y lo cotidiano da un respiro a la neurona y un guiño al corazón. una preciosa historia de seres humanos guapos y feos, pequeños y grandes, dónde el hambre por una sonrisa tiene más arte que muchas otras propuestas que vienen desde el otro lado del mar. sencilla de emociones y complicada de ejecución, consigue que uno se congratule de haberse sentado en la sala a que le cuenten. Tatou cada día más Hepbourn y el que podría ser el amigo simpático del protagonista que acabará con la amiga simpática de la protagonista en un papel que nunca es el suyo, pero que esta vez sí. una bocanada de aire.

el caballero oscuro, la leyenda renace. un espectáculo de emociones góticas que nos rinde aún más si cabe a los pies de Christopher Nollan y su idea de trilogía heroica. un final redondo para una historia que empezó hace años, en la que los personajes tienen mucho que decir y la acción lo justo para compensar. un final casi perfecto en el que hay pocos peros y muchos aplausos. oscura, triste, con una catwoman que ha resultado ser la mejor posible y un listón que hace que se compadezca al que tenga que continuar la saga del hombre murciélago. como dicen por ahí, funciona como un reloj suizo. a lo que añadimos: y se disfruta como su chocolate.

y luego dejemos que sean los guionistas los que digan alguna cosa antes de que nos desenchufemos de este experimento que espero poder continuar el curso que viene. mientras tanto, niños, amor, sol, luna, mar, cine, música, amigos, pa amb oli i tramponet, helados, más amor y una cervecita bien fría. salut.

después de morir mi padre, empecé a venir mucho aquí. imaginaba que el mundo era una gran máquina. en las máquinas nunca sobran piezas, sabes? tienen el número exacto que necesitan. por eso pensé que, si el mundo entero era una gran máquina, yo no podía sobrar. tenía que estar aquí por alguna razón. y eso significa que tú estás también por alguna razón. Asa Butterfield, la invención de Hugo.

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cine

conversación

(escuchando Andy Allo, let’s get it on)

estos últimos días hemos estado experimentando algunos cambios que han radicalizado algo más las relaciones jerárquicas y los dedos se han movido en direcciones que no son del todo deseables, aunque sí necesarias para poder pagar la hipoteca. siento el silencio. feliz viernes.

Walt Kowalski: bueno, qué es lo que quiere?
Padre Janovich: le prometí a tu mujer que te confesarías.
Walt Kowalski: y por qué hizo tal cosa?
Padre Janovich: insistió mucho. Me obligó.
Walt Kowalski: qué manía con prometer cosas no pueden cumplirse no, Padre?
Padre Janovich: hablemos de otra cosa.
Walt Kowalski: de qué?
Padre Janovich: de la vida y la muerte.
Walt Kowalski: de la vida y la muerte? y qué narices sabe usted de la vida y la muerte?
Padre Janovich: quisiera pensar que mucho. soy sacerdote.
Walt Kowalski: ya. se sube a predicar sobre la vida y la muerte pero lo único que sabe es lo que ha aprendido con cuatro curas y el manual del predicador principiante.
Padre Janovich: no sé, la verdad…
Walt Kowalski: la muerte es agridulce, agria por el dolor y dulce por la salvación. eso es lo que sabe sobre la vida y la muerte y es patético.
Padre Janovich: y usted señor Kowalski?
Walt Kowalski: sé mucho. estuve casi tres años en Korea. pegábamos tiros, apuñalábamos con bayonetas, matábamos a críos de 17 años a palazos. cosas que recordaré hasta el día que me muera, cosas horribles, pero con las que tengo que vivir.
Padre Janovich: y qué sabe de la vida?
Walt Kowalski: bueno, he sobrevivido a la guerra, me he casado, he tenido hijos.
Padre Janovich: parece saber mucho más de la muerte que de la vida.
Walt Kowalski: tal vez Padre, tal vez.

Clint Eastwood & Christopher Carley, gran torino.

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mundo grúa

negocios

(escuchando el poco aire que corre moviendo las cortinas)

esto, últimamente y por muchas banderas que se cuelguen, es así.

no es personal Tom, sólo negocios. Al Pacino, el padrino.

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mundo grúa

sucesos

(escuchando siglo veintiuno, radio 3)

uno. estimado/a candidato/a, agradecerle el interés mostrado por formar parte del equipo de nuestra empresa en cualquier puesto con tal de no estar en el paro. tras evaluar su candidatura, lamentamos comunicarle que no continua el proceso de selección. reciba un cordial saludo con una sonrisa y meriéndese como pueda el desayuno que le acabamos de amargar.
dos. estimados colaboradores, lamentamos comunicarles que, tras ciento veintidós programas culturales en esta nuestra radio, la de todos, y dadas las circunstancias de crisis en las que se encuentra el país, no tenemos presupuesto para una nueva temporada. de ello se deduce que éste de hoy será su última intervención en los micrófonos. ha sido un verdadero placer tenerles aquí y son ustedes de lo mejor de esta emisora. nos han hecho pasar grandes ratos, pero la situación es la que manda y no tenemos más remedio que prescindir de su espacio. ni que decir tiene que, vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para que, pasados los meses de verano y en la nueva programación, estéis de nuevo aquí. muchas gracias con una mano extendida y una sonrisa.
tres. Brian, colgado con los brazos extendidos, atado de pies y manos en forma de letra té, expuesto al sol del desierto y condenado a morir de sed y de hambre, mira a su alrededor, incrédulo. uno de los ladrones, que lleva allí bastante más tiempo que él, le habla. vemos, hombre. ya sabes lo que dicen. algunas cosas en la vida son malas, pueden hacerte volver loco. otras, simplemente, te hacen perjurar y maldecir. cuando estés masticando el cartílago de tu vida, no te quejes, da un silbido. eso te ayudará a sacar lo mejor de las cosas. y mira siempre el lado brillante de la vida, mira siempre el lado positivo de la vida. si tu vida parece jodida, es que has olvidado algo. y es reír, sonreír y bailar y cantar. cuando te sientas deprimido, no seas estúpido, sólo junta los labios y silba. ese es el truco. la vida es absurda y la muerte tiene la última palabra. siempre debes enfrentarte a la despedida con una reverencia. olvídate de tus pecados y ofrécele a la audiencia una gran sonrisa. diviértete, es tu última oportunidad en cualquier caso.
cuatro. 😀

ya sabes lo que dicen los Monty Python, nadie espera a la inquisición española. John Hannah, dos vidas en un instante.

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microcuentos

historia de amor

(escuchando radio 3, hoy empieza todo)

una mañana, hace meses, el pueblo amaneció lleno de pintadas. te amo Mary. en las señales de tráfico, en las paredes de solares, en muros de casas inacabadas desde hace años, en los tristes buzones de correo y en los paneles de dirección. te amo Mary. eran pintadas hechas con esprai, en color negro, de dos tamaños: los largos, que incluían todas las letras de la declaración, y los cortos, que sustituían la primera persona del presente de indicativo del verbo amar por un corazón sólido. de trazo rápido pero certero, con la emoción del que sabe que será efectivo. las manos que sujetaban el bote tenían plena conciencia de lo que hacían. no se trataba de algo estético, de hecho, no había ninguna estética en las pintadas, ni de algo político, ni reivindicativo, ni siquiera parecían esperar nada a cambio. simplemente, dejaba constancia de un mensaje que gritaba a los cuatro vientos su amor por Mary, sin importar las consecuencias, legales o emocionales de la población, tal vez ni siquiera de la diana de su amor. a la mañana siguiente, los mensajes seguían ahí. y a la siguiente, a la siguiente y tres meses después. a principios de año, cuando el pueblo ha estaba más que acostumbrado a las pintadas, ahora ya descoloridas y dormidas o muertas de pena, en el asfalto, frente a una de las casas recién reformadas, apareció un nuevo capítulo. te amo. quieres casarte conmigo? el mensaje estaba decorado con un corazón a cada lado, igual que los que representaban el amor en los anteriores. esta vez, el color elegido había sido el blanco, para contrastar con el asfalto. la relación había avanzado, no cabía ninguna duda, y ahora uno de sus integrantes había decidido que había que dar el paso que les llevaría a firmar en el libro en el que le dicen al estado que esto de estar juntos es en serio, y luego celebran con aquellos que consideren, seres queridos o no, que han encontrado el cachito que les faltaba y que piensan estar con él el resto de su vida. la respuesta llegó, como pasa en los mejores seriales, en forma de coche decorado con flores aparcado en la puerta, justo sobre el mensaje de proposición, que ya había perdido la intensidad del primer día, pero, a juzgar por lo que estaba a punto de suceder aquella tarde de sábado hacia las cuatro de la tarde, no por ello había dejado de ser efectivo. y lo próximo?, pensaron en el pueblo. qué ocurrirá ahora? le preguntará por un nombre de niño o niña en concreto? por el momento, esta mañana, han vuelto a aparecer algunas pintadas. no tantas como la primera vez, pero sí en lugares estratégicos. de nuevo, te amo Mary. una de dos, o se han peleado y es necesaria una reconciliación? querrá expresar de nuevo el amor por amor? habrá que proponer en el ayuntamiento que pongan una pared para mensajes, porque, si cada vez que se pelean o son felices, el pueblo se va a llenar de pintadas, estamos apañados. aunque igual si le apuntamos a un curso de tipografía y composición gráfica, se puede incluir el pueblo en alguna guía turística, no? vengan a ver el pueblo del amor, donde todo es posible. incluso promocionarlo como plató para comedias románticas. pero recuerden que la idea se me ocurrió a mí, de acuerdo? que la crisis nos tiene torturados.

hola amor. Joseph Gordon-Levitt, 500 días juntos.

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mundo grúa

misión

(escuchando pearl jam, rearviewmirror)

en la gran sala oscura del templo, los uniformes borran de un plumazo las identidades de las allí reunidas. olvidar los colores, los ornamentos y cualquier elemento que las distinga la una de la otra, las despoja de toda personalidad para convertirlas en una masa homogénea que se dirige en una misma dirección, la única, la más elevada. el silencio es denso y húmedo, las luces de la calle se dejan entrever por los diminutos ventanucos situados en la parte más alta de las paredes. en uno de los extremos de la sala, el contrario a la descomunal puerta de entrada, más elevado que el resto, se encuentra el púlpito y, sobre él, una mesa y una silla recia y sólida, que impone su poder sobre los bancos más bien endebles, colocados en dos columnas, en un nivel más bajo. ellas están de pie, cada una en su sitio, un sitio debidamente consensuado por estricto orden de jerarquía, pero sin marcar, para no desviarse ni un ápice de la configuración de masa. únicamente ocupan las dos primeras filas. el resto de bancos, que permitirían el acceso a más de trescientas personas, ahora se utiliza únicamente en los grandes eventos. en otros tiempos, siempre estaban llenos, pero ahora, todo se mueve bajo el pulsar de la anarquía y la corrupción de las mentes y los corazones. ya nadie hace caso de los mandatos universales y se olvidan de los únicos rasgos que les darán la inmortalidad. por eso es tan importante su misión, por eso deben infiltrarse en todos los campos de la sociedad y predicar por el bien común, el único por el que hay que luchar, el único por el que merece la pena vivir: su supervivencia y hegemonía sobre el resto. el resto, esos bastardos. el líder, el elegido para comunicarse con las más altas esferas de poder hace su entrada en la sala por una puerta lateral junto al púlpito. ellas miran al frente y levantan su brazo izquierdo. hail.

jodida gente! no tenéis ni idea de cómo defender una nación. Jack Nicholson, algunos hombres buenos.

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mundo grúa

personas

(escuchando Cliff Martinez, bso drive)

ellos nos enseñaron a hablar, a pensar y a vivir como lo hacemos. habían pasado años de lucha, de soportar lo insoportable, de morir por pensar distinto. pero habían levantado la cabeza y habían logrado ser un poco más libres, que nosotros fuéramos un poco más libres, que sus nietos fueran un poco más libres. ser, cuánto peso en una palabra. ser un poco único, pero manteniendo un nexo común con el resto de tus vecinos. o no dejar ser, pisar logros y hundir la espada donde más duele, en la esencia de unas victorias que se llevaron por delante tanta gente, tantas personas. buenas y malas, pero personas con una vida, una familia, unos amigos, unas relaciones y un aire que respirar. cuando eso ocurre, cuando no se deja ser por imposición, los que todavía creen en que valió y vale la pena la lucha, llenaron la cuidad de gritos y banderas, de pasos silenciosos y tambores que elevaron la convocatoria al nivel festivo que merecía. sin incidentes, sin guerra, con un puñetazo a cámara lenta, de decenas de miles de manos, en la boca de los que hablan con la boca llena y la cabeza vacía. dicen son sólo unos pocos radicales y nacionalistas que, evidentemente, no representan a su mayoría absoluta. no les votan. radicales o no. nacionalistas o no. personas que son.

hay momentos en los que un hombre tiene que luchar, y hay momentos en los que debe aceptar que ha perdido su destino, que el barco ha zarpado, que solo un iluso seguiría insistiendo. lo cierto es que yo siempre fui un iluso. Albert Finney, big fish.