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efecto

(escuchando Prince, lotusflo3er. se le ha ido la pinza. definitivamente)

cuando encuentras campañas así, te das cuenta de que el genio está en todas partes. incluso en tu trabajo.

subtítulos (aproximadamente).
el mundo es un desastre. pobreza. sida. hambre. guerra. así que, qué hay de nuevo? qué pasaría si hubiera una solución inesperada que pudiera girar el rumbo de este barco a la deriva? la reconocerías si la vieras? no es internet. no es la ciencia. no es el gobierno. no es dinero. es (pausa dramática) una chica. imagina una chica viviendo en la pobreza. no. vamos. imagínala. chica. moscas. bebé. marido. hambre. vih. ahora, haz como si pudieras solucionarlo. chica. ok. ahora tiene una oportunidad. vamos a ponerle un uniforme escolar. y a ver cómo consigue un crédito para comprar una vaca. y cómo usa los beneficios de la leche para ayudar a su familia. rápidamente, su vaca se convierte en un rebaño. y ella se convierte en la dueña de un negocio que lleva agua limpia al pueblo, lo que hace que los hombres respeten su sentido común y la inviten al ayuntamiento, donde convence a todo el mundo que todas las chicas son válidas. pronto, más las chicas tienen una oportunidad. y la aldea prospera. comida. paz. menos vih. bebés sanos. educación. comercio. sanidad. estabilidad. lo que significa que la economía de todo el país aumenta y el mundo entero mejora. entiendes lo que pasa? chica. colegio. vacas. negocio. agua. economía. beneficio social. mundo mejor. se llama el efecto chica. multiplícalo por seiscientos millones de chicas en el mundo desarrollado y habrás cambiado el curso de la historia. el efecto chica. invierte en una chica y ella hará el resto. no es un gran trato. sólo el futuro de la humanidad.

tropiezas con la realidad, corres tras un sueño. Xavier Ribera, a+.

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formateo

(escuchando Ximena Sariaña, mediocre. qué grande, mon amie Moi, qué gran descubrimiento. aunque de mediocre ya te digo yo que nada)

qué fue lo que borró todo esto?, se preguntó como última salida. ya le había pasado otras veces, y nunca había encontrado una respuesta satisfactoria. pero eso no significaba que no pudiera volver a intentarlo. buscaba un recurso que hiciera posible volver a sentir e imaginar la realidad. qué resorte saltó e inició el proceso de aniquilación? qué fue lo que esperó, agazapado en un rincón, buscando el momento justo, como JD en la habitación de Thelma, y luego se plantó en medio de las llamas y usó el extintor? lo hizo con toda la potencia. así, sin anestesia ni traje de amianto. no tuvo compasión por nada. los proyectores, las partituras, los lienzos. los fotogramas, las notas, la tinta. todo quedó reducido a cenizas sin contemplaciones. un montón de escombros que, desde entonces, se han convertido en el blanco impoluto de una mente sin recuerdos, de un cuerpo sin experiencias. un hueco de nada empapelado con el extraño eco que produce una casa justo antes de cerrar la puerta para siempre, ya sin muebles, con los nombres y los retales de las noches y las mañanas lluviosas rebotando y fundiéndose con las paredes, para quedar olvidadas al girar la llave. adiós. qué fue lo que lo borró todo esto? no había respuesta. por mucho que removiera los cajones, no encontraba nada. la erosión había sido tan devastadora que casi no había ni pregunta. así que sólo tenía que dar el siguiente paso. abrió el cajón y sacó una caja de lápices de colores, una goma de borrar por si se equivocaba y un sacapuntas.

Bastian: por qué está todo tan oscuro?
emperatriz: al principio, siempre está todo muy oscuro.

Barret Oliver & Tami Stronach, la historia interminable.

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necesidad

(escuchando varios artistas, ninja tour sampler)

cómo es posible que se metan en mi subconsciente? cómo lo hacen? no las analizo, no las deseo, no las quiero. ni siquiera pienso en ellas en ningún momento. ni cuando tengo su origen frente a mí, ni cuando está tan lejos que ni lo lo recuerdo. pero se meten entre las neuronas. encuentran ese maldito hueco de la corteza cerebral que una vez abrieron las noches demasiado largas y se cuelan por ahí. debería ir a un yesero para que me tape el agujero. y así no entrarán. aunque tampoco encontrarán la salida ahora que están dentro. cómo lo hacen? malditas pesadillas de cuerpos intolerables y código y programación. malditos ruidos de los vecinos discutiendo que te despiertan a medianoche y te obligan a abrir mucho los ojos a horas intempestivas. maldito subconsciente irreverente disperso y gratinado con fórmulas matemáticas dos punto cero. necesito unas vacaciones. pero ya.

dónde estabas, chico psicótico? Brad Pitt, el club de la lucha.

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frío

(escuchando asobi seksu, citrus)

Anthony: espera, espera. has visto lo que ha hecho esa tia?
Peter: qué? tiene frío.
Anthony: ha sentido frío al vernos a nosotros.
Peter: oh, por favor, no empieces.
Anthony: mira a tu alrededor, tio. no verás una parte de la ciudad más blanca, más segura, ni mejor iluminada. sin embargo, esa mujer blanca ve dos tíos negros con pinta de estudiantes caminando por la acera y su reacción es de un miedo ciego. en fin, míranos, tio. vamos vestidos de delincuentes? no. tenemos aspecto amenazante? no. de hecho, si alguien debe tener miedo aquí, somos tú y yo. los dos únicos negros rodeados por un mar de blancos hasta el culo de cafeína, protegidos por la poli de Los Ángeles, los reyes del gatillo. así que dime, por qué no tenemos miedo?
Peter: porque llevamos armas?
Anthony: tal vez tengas razón

Ludacris & Larenz Tate, crash.

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victoria

(escuchando Anthony and the Johnsons, the creying light)

al darse cuenta de lo mucho que se había equivocado, lloró cuatro días y cuatro noches seguidas. su vida, desde el momento en que él le dijo me marcho, no quiero seguir con esto, se había convertido en una misión, en un proyectil dirigido al único objetivo de destruirle. a él y a su entorno. a sangrarle económica y emocionalmente, a borrar de su cara esa maldita sonrisa de hombre feliz que una vez la había seducido, a hundir su vida profesional y personal, a aislarlo de su familia y de sus amigos y, sobre todo, de su nueva pareja. su vida entró en la calle de la maldad en estado puro, el mal aislado, sin contemplaciones ni concesiones. ni siquiera al hijo en común. el niño era el arma, la bala con la que agujerearía el corazón de su padre y le obligaría a saltarse la tapa de los sesos. su hijo. cuántas mentiras había vertido utilizando su nombre y su salud mental y física. no se acordaba. pero tampoco importaba demasiado. lo había logrado. había conseguido su objetivo. lo había ganado todo. y la emoción había sido incomparable. la venganza de la abandonada. la gran explosión que arrasa con todo. el grito salvaje y desesperado que barre emociones, vida, edificios. y no había quedado nada. sólo silencio y vacío. luego, ahora, se dio cuenta de que estaba equivocada. ahora se daba cuenta de que la soledad no es algo con lo que se pueda jugar, porque una vez la invitas a tu cama, no te abandona jamás. y se había acomodado en la suya. la destreza con la que había trazado cada paso de su plan no servían contra ese nuevo enemigo. porque éste se lo había fabricado ella misma. nada es tan complicado como desandar lo andado. algunos incluso dirán que es casi imposible. cayó sobre la cama y lloró mares de lágrimas que no sirvieron para nada. sólo para darse cuenta de que no había ganado la partida. ni siquiera un asalto. de hecho, lo había perdido todo.

qué soledad, la del príncipe sin reino, la del hombre sin calor. Marisa Paredes, el espinazo del diablo.

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espejo

(escuchando vaya con Dios, time flies)

se miró al espejo. la imagen que le devolvió el cristal era una imagen apagada. el brillo que desprendía en otros tiempos había quedado en un tenue parpadeo de nula intensidad. la chispa se había convertido en humo. esto es definitivo, pensó. no estaba triste, ni contento. no sentía el vacío de otras ocasiones, ni se hundía a cada paso que daba. no era eso. simplemente, era un nuevo estado de alma que le afectaba al cuerpo. o un nuevo estado de cuerpo que le afectaba el alma, el humor y alguna cosa más. las ojeras se habían convertido en dos líneas indelebles bajo los ojos, los dedos se habían acartonado y el nombre de las cosas había dejado de tener importancia. incluso el suyo, tan confundido entre las diversas connotaciones que el resto tenía de él, había dejado de subrayarse cada vez que lo pronunciaba. puede que sólo fuera una sensación, pero era su sensación y, por mucho que su círculo más íntimo tuviera rotuladores para remarcarlo, el trazo sólo servía para continuar pensando que, si indagaba en todos los cajones de su casa, podría encontrar lo que andaba buscando. pero no lo hacía. ni siquiera sabía lo que andaba buscando. tal vez un lápiz, o una pluma. incluso puede que una cerilla. o una piedra de mechero. para encender de nuevo la chispa. qué lástima, se recreó. qué lástima.

tutor: qué sientes cuando bailas?
Billy: no sé. me siento muy bien. al principio estoy agarrotado, pero cuando empiezo a moverme lo olvido todo y es como si desapareciera. como si desapareciera. y todo mi cuerpo cambiara. como si tuviera fuego dentro. estoy ahí. volando como un pájaro. siento como electricidad. sí, como electricidad.

Imogen Claire & Jamie Bell, Billy Elliot.

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cerebro

(escuchando Dave Pike set, jet set)

Dorothy: sigue el camino de baldosas amarillas, sigue el camino de baldosas amarillas, sigue el camino… bueno, qué camino seguimos?
espantapájaros: usted perdone, pero ese parece un buen camino.
Dorothy: quién ha dicho eso?
(Totó le ladra al espantapájaros)
Dorothy: no seas tonto, los espantapájaros no hablan.
espantapájaros: tampoco está mal este camino.
Dorothy: qué extraño, señalaba el otro camino.
espantapájaros: claro que la gente va por los dos caminos.
Dorothy: pero si eres tú quien habla, verdad?
(el espantapájaros niega con la cabeza. luego asiente)
Dorothy: lo haces para confundirme o cambias de opinión a cada momento?
espantapájaros: ahí está el mal. cambio de opinión porque no tengo cerebro. todo es paja.
Dorothy: cómo puedes hablar si no tienes cerebro?
espantapájaros: no lo sé. pero muchas personas sin cerebro hablan día y noche, no es cierto?
Dorothy: sí, tienes razón.

Judy Garland & Ray Bolger, el mago de Oz.

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lápiz

(escuchando Tricky, knowle west boy. reecuentro con un hombre raro y misterioso)

el mundo se ha quedo escondido en la punta de un lápiz de madera, pintado de blanco, con una goma que sólo sirve para ensuciar pegada al final. se ha recogido sonriendo, guiñándole el ojo a los dedos que lo sujetan, como diciendo qué bien, os echaba de menos. los músculos se contraen y se dilatan guiados por su imaginación insomne. y el lápiz recorre el papel, como sobre una pista de patinaje. todo lo que cabe en sus ojos abiertos a está apelotonado, esperando encontrar el instante justo para convertirse en diminutas manchas de grafito sobre la finísima madera blanca. curvas, rectas, puntos, tipografía, espacios interminables, no es fácil crear un universo de seres formados por bocetos o por trazos duros, que sobresalgan de la superficie plana de la mesa. termina, con con una curva que redondea el último dibujo. y sonríe. luego te devuelve el lápiz. y tu sabes que jamás dibujarás como él. qué envidia, compañero, qué envidia.

un hombre puede ir más allá de su imaginación. Hugh Hackman, the prestige.

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crecer

(escuchando Gabriel Yared & vvaa, bso the talented mr. Ripley)

le había visto hace tiempo, pero Víctor y sus impagables píldoras diarias, me lo recuerdan. thanx, my friend.

cada vez que me preguntan qué quiero ser de mayor, todo se complica. según los mayores, hay que hacerse adulto para entenderlo todo. pero yo miro a la gente en la calle y no veo que sean felices. sólo nosotros, sólo los niños, disfrutamos de la vida. es como si al cumplir los dieciocho, todo el mundo perdiera la cabeza. todo son caras largas, gruñidos y malas noticias. según la televisión hay que ponerse desodorante, comprarse el coche más rápido del mercado, un par de operaciones de estética. y, con esto, tienes que estar loco para no ser feliz. pero para eso hace falta dinero. y los adultos hacen lo que sea por el dinero. fíjate, que su único objetivo de todo el año es conseguir dinero y más dinero. total, día tras día, trabajando. y yo me pregunto para qué? para conseguir a final de año quince días? quince tristes días de vacaciones. quince días en los que te vas muy lejos para olvidar que el resto de los días los pasas trabajando? quince días para no perder ni un segundo. con muchas prisas, muchas prisas. quince días en agosto. quince días en la playa. quince días como borregos. borregos que traen al mundo borreguitos, que a su vez tendrán que trabajar el resto de su vida a cambio de esos quince días. yo no quiero ser nada de mayor. pensándolo bien, yo no quiero crecer. sinceramente, ni siquiera quiero ser mayor. me quedo con Peter Pan, con los inmaduros, con la fantasía, con la reflexión, con la vida. así que no me vuelvan a preguntar qué quiero ser de mayor.

Pablo Álvarez, quince días en agosto.

y si alguien quiere verlo, está aquí.

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dos

(escuchando vvaa, bso sweet and lowdown)

aquellos que tuvimos la suerte de verlo alguna vez en directo o en falso echaremos de menos la crítica voraz y libertina de un hombre que desprendía humor por los cuatro costados, y que tenía la osadía de pensar y decirlo. helo aquí con otro de los grandes.

a mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás. Pepe Rubianes, entrevistado por Albert Om. a ti y a muchos otros, Pepe, a muchos otros.