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mundo grúa

dosis

(escuchando stay, la cuarta dimensión)

la entrada del colegio es ir y venir de padres y madres y niños y niñas que se pierden en el patio de arena y columpios y tobogán y balancines. es una forma de socialización exprés, ofrecida en pequeñas dosis de diez minutos aproximadamente. buenosdías, holaquétal, cómololleva, quétallasfiestas, son frases que suenan a palabras, que pasan de boca en boca, como si esperaran su turno para arrancar una conversación que casi nunca termina de ponerse en marcha porque caminan sobre la línea que separa el tiempo justo del llego tarde. todobiengracias, muybien, geniales, son las únicas respuestas que reciben a cambio de las microdosis de socialización casi forzada. algunos, sin embargo, van más allá. son los pocos que tienen tiempo. llegan antes de que abran la puerta y se quedan después, como si la velocidad de las agujas del reloj y los atascos no fueran con ellos o ellas. ellos son los que marcan el pulso de las relaciones en el pueblo, los que generan opiniones y destripan a sus inexistentes contrincantes. te has fijado? todavía lleva al niño en el carrito… o si es que va vestida que parece lo que no quiero decir. eso es porque el marido ahora es asesor del partido. las conversaciones se producen en voz baja, a la puerta del colegio, formando un pequeño grupo al que es imposible pertenecer, pero en no se puede evitar que el nombre de cualquiera aparezca. luego, esos mismos grupos se encontrarán en el parque del pueblo, y las relaciones traspasarán la barrera de obligatorias para ser, en cierto modo, porque interesa a ambas partes. o incluso puede que por afinidad. los niños, por su parte, ajenos a la actividad y el trajín de palabras rápidas y con una única intención cordial o varias aparentemente inofensivas malintenciones, juegan, se ríen, se persiguen, se preguntan, se empujan, hacen carreras y se buscan porque les da la gana, porque se caen bien, porque son amigos. incluso es posible que lo sean durante muchos años.

esta es Ponyo. le gusta el jamón. Hayao Miyazaki, Ponyo en el acantilado.

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