(escuchando L.A., dualize. porque, de vez en cuando, hay que barrer para casa. y, qué narices, el disco es maduro, coherente y emocionante de la primera a la última escucha)
tiempo en silencio. trabajo. verano. y, entre los hilos erre ese ese, uno de chicalista, una preciosidad que transcribo. forma parte de 1887 Recetas para el amor dure, de Cafés la Estrella. es la receta número quinientos veintidós.
quince razones por las que siempre supe que lo nuestro iba a durar más de un mes.
uno. hablamos de teléfono fijo a teléfono fijo siempre y en posición horizontal. no escribimos mensajes con iconos mientras caminamos por la calle y un coche está a punto de atropellarnos.
dos. me enjabonas el pelo en la ducha. no soporto hacerlo, pero me derrito si me lo hacen.
tres. si estoy leyendo en la cama por la noche y tú quieres dormir, nunca me pides que apague la luz. dices que te relaja el sonido de las páginas al pasar.
cuatro. de mi diseñador de moda favorito solo conoces el nombre. de tu director de cine favorito solo he visto dos películas.
cinco. No me tratas como a una princesa, porque no soy una princesa. y somos republicanos.
seis. el primer día que tomamos un café te fijaste en que lo bebo en taza blanca. el segundo día ya me lo serviste así. y se lo vas diciendo a los camareros (con un poco de vergüenza) para que nunca lo hagan en una taza, por ejemplo, naranja.
siete. te inventas palabras y eso no podía dejarlo escapar.
ocho. en los viajes llevamos maletas separadas. cada uno vigila su tarjeta de embarque, pero compartimos las chocolatinas en el avión.
nueve. nunca hemos hablado de durar. no somos yogures.
diez. todas mis sopas te parecen deliciosas. hasta aquella que tenía color verde nuclear, no sabía a nada y comiste sin rechistar.
once. también te gustan Joni Mitchell, Casa Tomada, Sophie Calle, las conservas ricas, la siestas, los helados en tonos marrones, caminar, correr y llevar bufanda de febrero a abril. demasiados universos coincidentes para ser desaprovechados.
doce. te muestras vulnerable ante mí y yo me muestro vulnerable ante ti y esos nos hace fuertes a los dos.
trece. una tarde vimos juntos Te querré siempre, de Rosellini. luego yo me fui a Italia, donde se rodó la película. te llamaba por teléfono desde allí. de fijo a fijo, claro
catorce. te parezco guapa siempre, sobre todo con gafas y despeinada. me pareces guapo siempre, sobre todo sin gafas y peinado.
quince. eres ese pantalón rojo que compré en un minuto cuando lo que llevaba buscando durante meses era un vestido negro. algo innecesario y que nunca pensé llevarme a casa, pero que no me quiero quitar de encima.
Maggie: sólo te tengo a ti, Frankie.
Frankie: sí, pero me tienes.
Hillary Swank & Clint Eastwood, million dollar baby.