en mil novecientos treinta y nueve, al inicio de la segunda guerra mundial, el ministerio de Información de Gran Bretaña decidió poner en marcha una campaña para tranquilizar a la población y mantener las ganas de seguir adelante en una situación en la que el mundo comenzaba a vivir una de las situaciones más dramáticas de su historia. decidieron diseñar unos carteles propagandísticos con mensajes de ánimo con tres mensajes. tu coraje, tu alegría, tu resolución, nos darán la victoria. la libertad está en peligro, nuestro deber es defenderla. mantén la calma y sigue adelante. todos tenían una tipografía de palo, la oficial del Gobierno, y la corona del Rey. en septiembre de ese mismo año, se imprimieron dos millones y medio de copias de los dos primeros pósters, y se distribuyeron a lo largo de todo el país en los escaparates de las tiendas y estaciones de tren. el tercer diseño no se llegó a distribuir, se mantuvo guardado para distribuirlo sólo cuando el país estuviera en una situación de invasión o crisis insostenible. sesenta y un años después, Stuart Manley, el dueño de Barter Books, una tienda de libros de segunda mano de Alnwick, Northumberland, en la esquina este de Inglaterra, encontró un ejemplar en un montón de cajas polvorientas del almacén. a Mary, su mujer, le gustó tanto que decidió enmarcarlo y colgarlo en una de las paredes de su establecimiento. los clientes empezaron a pedirle copias y, un año después, empezaron a distribuirlo y a venderlo. trece años más tarde es uno de los diseños más reproducidos del mundo y del que se han hecho más versiones. hoy sigue estando vigente. keep calm and carry on. mantén la calma y sigue adelante.
pues eso.