(escuchando Dexy’s midnight runners, searching for the young rebels)
esta mañana, en la radio, alguien comparaba a los hinchas de fútbol con los cachorros de Génova, como los llamó Raquel hace ocho años. y tenía razón. ayer por la noche, en la calle, a ritmo de dj, las banderas con dos pes y los gritos de apoyo al candidato apisonadora se mezclaban con las del escudo nacional y, a medida que iban aumentando los porcentajes, con los gritos de soy español, español, español. como cuando juega el Madrid y cualquier otro equipo. porque los de un lado se sienten más nacionales que el resto, que son como una mezcla que no pertenece al mismo país, porque son primero habitantes de su comunidad y luego ya si eso de la piel de toro. pero eso fue ayer, porque hoy, dicen los entendidos, será todo mucho mejor porque era necesario cambiar y, además, hay más colores en el sitio ese en al que se va a hablar y que luego sólo gritan. aunque puede, y sólo puede, que esto del poder absoluto a alguno le suene a película de Clint Eastwood. pero seguro que no es del Madrid. hoy ya tienen lo que llevaban pidiendo hace ocho años y todo es azul, como las camisas. aunque de tonalidad más clara. menos mal.
ex-leproso: medio siclo para un ex-leproso?
Brian: dijiste ex-leproso?
ex-leproso: así es. dieciséis años en el oficio y a mucha honra.
Brian: y qué pasó?
ex-leproso: fui curado. un maldito milagro, Dios lo bendiga.
Brian: quién te curó?
ex-leproso: fue Jesús señor. ahí estaba yo, como si nada, cuando de pronto aparece y me cura. un minuto soy un leproso de oficio y al minuto siguiente me encuentro desempleado. estás curado, amigo. estúpido bienhechor!
Michael Palin & Graham Chapman, la vida de Brian.